La historia de Mendoza es parecida a la de muchos jóvenes que han pasado episodios que los han marcado. Dice que hasta le tocó dormir en el suelo cuando se fue a probar suerte al Motagua.
“Es mi primer gol que marco en Liga Nacional y nunca lo olvidaré, porque Dios me dio la posibilidad de anotarle al Olimpia. Lo he disfrutado con mis amistades, familia y compañeros, sé que en nombre de Dios van a llegar muchos más”, afirma el platensista bastante emocionado.
Hace cuatro años, cuando integró una Sub-20, Mendoza llegó para probarse en las reservas de Marathón, donde solo le ofrecieron un contrato por 700 lempiras al mes. “Querían que viviera en la sede, pero me dijo mi papá que me viniera a Puerto Cortés y así fue”.
Al no tener oportunidad en el primer equipo de Platense y con ganas de jugar, Mendoza se fue a la capital para probarse en Motagua. “Estaba mi hermano Sergio Mendoza en Motagua y Marvin Fonseca nos vio jugando junto a Christian Palau y estuve en las reservas del Motagua... Pero solo me ofrecían 3,000 lempiras para quedarme con ellos, fue algo duro y ahí solo había una cama que era para Palau, entonces yo no tenía dónde quedarme esa noche”, explica Mendoza.
Y sigue: “Recuerdo que Marlon Licona (portero de Motagua) me prestó una almohada y una cobija, me tocó dormir ahí, pero mi papá habló con el alcalde de Puerto Cortés y el directivo del Platense y me dijo que me iban a dar los 3,000 lempiras que me ofrecía Motagua y así me regresé al Puerto”.
CONSOLIDADO EN EL tIBURóN
Con su hermano Sergio Mendoza, defensa del Juticalpa FC, dice que se comunican y le da algunos consejos para mejorar su fútbol. “Me indica que no barra fuerte con la plancha en alto para que no me vayan a expulsar”.
A Mendoza solo le queda un torneo más de contrato y piensa que si sigue haciendo las cosas bien, seguramente lo fichará un buen equipo.
“Quiero continuar siendo titular, quisiera que se me abriera la puerta en otro club que me pudiera comprar para dejar ingresos a Platense, porque me han tratado bien. También quiero ser tomado en cuenta en la Selección Nacional, sé que voy a llegar”, cuenta.
Mendoza es callado, pero también hace algunas bromas con sus compañeros de equipo. “Me llevo bien con mi hermano Dylan Andrade, con el maliense Mamadou Trauré, que ha sido un gran amigo, lo mismo que los colombianos Mario Abadía y Luis Castro, son con los que más he convivido en el equipo”, explica Mendoza.
“Yo vivía antes con mi abuelo, tuve problemas, pero para bien, él se fue, no quiero decir que me dejó en la calle, pero se fue con una señora que era mi madrastra y no tenía dónde vivir a los 13 años, pero una doña de aquí de Puerto Cortés me ayudó y en ese entonces conocí a mi papá y a mi hermano Dylan... Cuando no tenía con quién vivir conocí a mi familia y Dios me ha bendecido”, mencionó.
