2015-07-26
La selección de
Uruguay Sub-22 se proclamó este domingo campeona panamericana de fútbol ante la medalla de oro de 2011,
México, que no halló la forma de resquebrajar su esquema defensivo tras un bello gol de falta de
Brian Lozano al minuto 10 del partido.
En un duro partido por el calor que abrasaba el césped artificial del Estadio Hamilton -lo que obligó al colegiado a hacer una pausa de dos minutos a la media hora de juego de los dos tiempos- Uruguay logró la primera medalla de oro para su país en estos Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá.
En busca de su quinto título, el equipo del técnico mexicano, Raúl Gutiérrez, impuso criterio en la medular para hacerse con la iniciativa del choque, mientras Uruguay, fiel a su estilo, aguardaba para lanzarse a la contra.
En una de estas salidas verticales, González enfiló la portería de Lajud y tuvo que se derribado. En un magnífico cobro de la falta, Lozano, con el interior, superó a la barrera y la puso a la base del palo de la meta mexicana y dio el triunfo a su equipo.
A partir de ese momento las estrategias se acentuaron todavía más, con México manejando la pelota y Uruguay esperando, muy cerrado atrás, y dejando en punta a Santos, todo un peligro por su velocidad y su capacidad de proteger la bola.
Ante esta situación, y al igual que en el resto del torneo, el tricolor sudó para hallar la forma de acercarse a la portería rival, pero es que, además, en esta ocasión tenía enfrente a los charrúas, los menos goleados, con solo dos goles en cuatro partidos.
Y es que en juego estaba no solo el oro, sino una victoria con sabor a revancha uruguaya por las derrotas de la primera fase y la de la final del Mundial sub-17 de 2011.
Tras el descanso, esta generación del fútbol mexicano, campeones del mundo sub-17, panamericanos de 2011 y olímpicos en 2012, seguía sin crear peligro en el último cuarto del terreno de juego. Mucho control, conducción de la pelota, pero escasez de desmarque y juego entre líneas.
Ya no quedó tiempo para nada más y Uruguay celebró su primer oro en treinta años, tras el de Caracas 1983, a pesar de que pocos contaban con una selección que se formó a última hora ante la decisión de los clubes nacionales de no ceder a una parte de las estrellas de esta generación.
En un duro partido por el calor que abrasaba el césped artificial del Estadio Hamilton -lo que obligó al colegiado a hacer una pausa de dos minutos a la media hora de juego de los dos tiempos- Uruguay logró la primera medalla de oro para su país en estos Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá.
La euforia de Uruguay lo dice todo, el título panamericano se lo llevaron.
En busca de su quinto título, el equipo del técnico mexicano, Raúl Gutiérrez, impuso criterio en la medular para hacerse con la iniciativa del choque, mientras Uruguay, fiel a su estilo, aguardaba para lanzarse a la contra.
En una de estas salidas verticales, González enfiló la portería de Lajud y tuvo que se derribado. En un magnífico cobro de la falta, Lozano, con el interior, superó a la barrera y la puso a la base del palo de la meta mexicana y dio el triunfo a su equipo.
A partir de ese momento las estrategias se acentuaron todavía más, con México manejando la pelota y Uruguay esperando, muy cerrado atrás, y dejando en punta a Santos, todo un peligro por su velocidad y su capacidad de proteger la bola.
Los mexicanos no lo podían creer.
Ante esta situación, y al igual que en el resto del torneo, el tricolor sudó para hallar la forma de acercarse a la portería rival, pero es que, además, en esta ocasión tenía enfrente a los charrúas, los menos goleados, con solo dos goles en cuatro partidos.
Y es que en juego estaba no solo el oro, sino una victoria con sabor a revancha uruguaya por las derrotas de la primera fase y la de la final del Mundial sub-17 de 2011.
El final del partido fue emotivo para los uruguayos.
Tras el descanso, esta generación del fútbol mexicano, campeones del mundo sub-17, panamericanos de 2011 y olímpicos en 2012, seguía sin crear peligro en el último cuarto del terreno de juego. Mucho control, conducción de la pelota, pero escasez de desmarque y juego entre líneas.
Ya no quedó tiempo para nada más y Uruguay celebró su primer oro en treinta años, tras el de Caracas 1983, a pesar de que pocos contaban con una selección que se formó a última hora ante la decisión de los clubes nacionales de no ceder a una parte de las estrellas de esta generación.