Aunque en muchas ocasiones los deportistas lo hacen para satisfacer a las cámaras y lucirse en medio de su gran logro, hay otras razones de mucho mayor peso por las cuales lo realizan.
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Cuándo años atrás (más de 50) los falsificadores de monedas estaban a la orden del día, los administradores de dinero mordian las monedas para comprobar su autenticidad.
Pero, además, durante la fiebre del oro, los mismos que buscaban el preciado metal lo mordian con el fin de comprobar que fuese real, ya que, podía confundirse con cualquier otra piedra preciosa.
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Los años han pasado y ahora es lógico que esa práctica ya no se utiliza, debido a que las monedas ya no contienen oro y, a que ya no se busca oro como en aquellos años, además que la tecnología ofrece otro tipo de bondades para comprobar la realeza de este metal.
Sin embargo, la tradición se sigue manteniendo a pesar de los años como una tradición de -¿los fotografos?- los atletas quienes en medio de su victoria, posan para la cámara mordiendo su preciada medalla.
