REPASAR EL MINUTO A MINUTO DE LA GRAN FINAL DEL CLAUSURA
Ayer no estuvo ni cerca una intención de que el equipo ribereño remontara el 1-4 en contra del primer duelo de la final.
Ni siquiera metieron las manos. El Honduras estaba, como el mismo Wilmer Cruz dijo, liquidado. Sin respuesta. Sin alma. Sin variantes futbolísticas.
Motagua nunca se conformó. Siempre buscó más y es por eso que logró un marcador global espectacular (7-1).
Con esa actitud ganadora inició el partido, generando fútbol ofensivo gracias a la velocidad de Félix Crisanto y Omar Elvir por los costados, además del buen manejo de pelota de Carlos Discua, que fue el líder de los azules durante todo el campeonato.
Así fue como en el minuto 18 del encuentro, Erick Andino marcó el primer tanto del juego tras una jugada de laboratorio confeccionada por Discua y Elvir, que terminó con derechazo de Erick.
Motagua fue amo absoluto del partido. Honduras intentaba con algunos chispazos de velocidad y verticalidad, pero siempre chocó con la buena defensa de los Azules.
En la segunda parte la tonalidad del juego no cambió. El Ciclón siguió arrasando en volumen de juego hasta sentenciar el negocio con dos goles más.
Erick Andino volvió a marcar en el 48 gracias a una maniobra frente a Roy Smith y otro buen remate de derecha.
No tuvo rival en esta final y es por eso que ha dado la vuelta olímpica para celebrar un nuevo bicampeonato, su tercero en la historia.