Repasá la tabla de posiciones del Mundial de Rusia 2018
Saltó la selección de Ricardo Gareca al campo de Ekaterimburgo, abarrotado de gargantas peruanas dispuestas a alentarle, sabiendo que el único resultado que les dejaba fuera de la competición era la derrota, porque el empate entre Dinamarca y Australia les dejaba con vida en caso de no perder.
Gareca rehabilitó a Paolo Guerrero en la punta del ataque y dejó en el banco a Jefferson Farfán, en busca de una solución que resolviera la falta de acierto del primer duelo.
Lamentarán hasta el llanto las ocasiones falladas de nuevo, sobre todo la que tuvo Guerrero a los 31 minutos en una buen jugada de Christian Cueva, detenida por el portero francés Hugo Lloris, que cumplía 100 partidos bajo los palos.
Lo intentó por todos lo medios, con la entrada de Farfán en el lugar de Yoshimar Yotun, a riesgo de debilitar el centro del campo, pero no lograron desarbolar a Francia, que mejoró su aspecto con respecto a su partido inicial contra Australia.
Didier Deschamps apostó por un equipo menos ofensivo para contrarrestar la fogosidad peruana y, con más espacios, su imagen mejoró, sin por ello dejar una gran huella.
A falta de que aparezca Antoine Greizmann, Francia ha encontrado a un buen Paul Pogba, luchador y con fe, que estuvo en el origen del gol de Mbappé. De sus botas salió la jugada que, con fortuna por un rechace, dejó al atacante franco para marcar.
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En esta ocasión el gol lo marco Mbappé que a sus 19 años se convirtió en el más joven goleador de Francia en una fase final de una competición importante, honor que hasta ahora tenía el jugador de origen argentino David Trezeguet desde que con casi 21 años marcara un tanto a Arabia Saudí en el Mundial de 1998.
Se volcó Perú en busca del empate, pero esta selección está reñida con el gol en Rusia. Acorraló a Francia, embotellada en su campo por el empuje peruano, pero se mantuvieron en pie los muros galos, pese a las embestidas.
Francia suma siete duelos sin perder en competición oficial contra naciones sudamericanas y 758 minutos sin recibir un tanto. El último se lo marcó el brasileño Careca en cuartos de final del Mundial de 1986.