Este jueves 29 de diciembre falleció la leyenda de Brasil, Pelé, a los 82 años de edad, y dejó un legado inigualable siendo uno de los primeros futbolistas élites en toda la historia del fútbol.
El rosto o mejor dicho la imagen del brasileño, era considerado como uno de los mejores de la historia. Pelé trascendió mucho más allá de Brasil, donde un elenco de marcas deportivas se pelearon por hacerse con sus servicios como Adidas o Puma.
Incluso sin “hacer nada o ni mover ni un solo dedo”, el Rey Pelé fue protagonista de la ruptura de un pacto de no agresión que conllevó una traición entre hermanos. ¿De qué se trata este pacto?
La historia es entre los hermanos Rudolf y Adolf Dassler, que en aquellos tiempos eran propietarios de las marcas reconocidas, Puma y Adidas respectivamente.
En la antesala del Mundial de México 1970 y con Pelé como gran estrella del fútbol mundial, ambas marcas acordaron que ninguna de los dos realizaría acciones comerciales con el astro. Fue un pacto de entre hermanos para no entrar en una batalla familiar, pero uno de los dos lo rompió.
Fue Rudolf, es decir el dueño de Puma, quien convenció a Pelé para que luciera sus botas durante la final ante Italia. El hecho podría haber pasado desapercibido, pero ni mucho menos fue así al pedir el propio 10 de la ‘canarinha’ que se detuviera el juego un momento porque tenía que atarse las botas.
El acuerdo no trataba solo de la final, sino que, antes de la misma, el representante, Hans Henningsen hizo llegar a Pelé una oferta para que abandonase la firma Stylo para firmar por Puma. Fue motivo más que suficiente para que Rudolf y Adolf (Puma y Adidas) rompiesen y el conflicto familiar continúa sin resolverse 50 años más tarde.